Razones para enamorarse de Cartagena

Recorrer y conocer La Heroica es una experiencia única. Admira su arquitectura colonial que te narra el pasado de esta hermosa ciudad, el cual ha decidido vivir en armonía con la modernidad; disfruta del lujo y el confort de sus grandes hoteles o de los más pequeños tipo boutique, así como de sus imperdibles planes en el centro de la ciudad, en Getsemaní, el Pie de la Popa, Manga, Bocagrande, El Laguito, Castillogrande, Zona Norte o las islas cercanas, y su exquisita gastronomía. Este es solo el comienzo para enamorarte de la ciudad. Querrás regresar para seguir descubriendo su belleza y que esos recuerdos te acompañen para siempre.

Cartagena es puro placer y diversión: visita sus monumentos e icónicas plazas y construcciones; aprovecha sus exclusivos y autóctonos bares para tomarte unos tragos cuando cae el sol, o elige que estos sean la antesala de una noche en la que podrás irte de rumba, en compañía de amigos o familia, para gozar del ritmo que solo el Caribe colombiano tiene para ofrecer. Sumérgete en sus hermosas playas y admira la riqueza de su vida marina; disfruta abordando un catamarán rumbo a las islas del Rosario, de Barú o de Tierra Bomba; deléitate con los sabores locales caribeños –con influencias africanas, árabes, indígenas y europeas– y de otros lugares del mundo que han encontrado en la ciudad el sitio perfecto para fusionarse y convertirse en restaurantes, bares o cafés.

Además, conoce sus manifestaciones artísticas -que cobran vida a través del arte plástico, la pintura, la música, el teatro, el baile o la literatura, esta última con uno de sus mayores exponentes, el premio nobel Gabriel García Márquez-, y también la flora y la fauna que durante años han inspirado su moda y muchas de sus artesanías.

Sus pobladores son de diversas razas y se han unido bajo dos rasgos comunes: su calidez y amabilidad. Por eso, sus sonrisas siempre son una bienvenida a que visites La Heroica cuantas veces quieras y la conviertas, por qué no, en tu destino favorito.