A propósito de los tres grandes reconocimientos que el Hotel Sofitel Legend Santa Clara recibió en los premios World Travel Awards 2015, hablamos con su gerente, el francés experto en hotelería de lujo que con mucha pasión le ha apostado a la autenticidad y a la cultura local.
El mejor hotel de Colombia 2015 y el mejor de Suramérica en la categoría City Hotel, mientras que la Suite Botero fue escogida como la mejor de Suramérica. ¿A qué se debe tanto éxito?
Es estupendo ver el resultado del trabajo en equipo y de la remodelación. No solo nos hemos enfocado en el aspecto de la excelencia en el servicio sino en crear vínculos emocionales con los huéspedes para que nunca olviden su estadía.
Háblenos de la Suite Botero…
Con la Suite Botero queremos ofrecer algo único, lo mejor de la cultura colombiana. Para lograrlo trabajamos con Lina Botero, hija del maestro Fernando Botero, y con Gustavo Pinto para mantener la autenticidad de una casa colonial cartagenera. Fue divertido y ha tenido un éxito enorme, pues no solo tiene una obra original del maestro, sino que además representa los valores más fuertes del hotel: la cultura, el arte, la gastronomía.
Después de 20 años ¿cómo han logrado ser tan competitivos, teniendo en cuenta que han llegado cadenas hoteleras de primer nivel?
Es evidente que la competencia llega y eso está bien, pues las cadenas nos apoyan con el reconocimiento de Cartagena como un destino internacional y con el crecimiento de la ciudad. Por otra parte, los hoteles boutique de la parte antigua tienen mucho que ofrecerle a la ciudad en cuanto a la conservación de su historia, autenticidad y encanto.
¿Qué encuentra un viajero en el hotel que marca la diferencia?
Santa Clara ofrece la experiencia completa del destino, en sus paredes el huésped vive la historia de la ciudad, la arquitectura del edificio del siglo XVII lo transporta a las leyendas del monasterio, a los piratas, al universo literario de Gabriel García Márquez.
Apuntamos a la cultura local, nuestros empleados son embajadores genuinos de Cartagena. Trabajamos como una familia grande donde cada uno es reconocido en lo que hace y tiene la posibilidad de crecer. Hacemos mucha capacitación y nos preocupamos por el contacto entre los nativos y los extranjeros.
¿Qué significa el lujo para usted y cómo se refleja en un hotel?
El lujo hace 30 o 50 años hacía referencia a lo ostentoso, a lo de mostrar, hoy en día es algo más individual que se alcanza cuando la persona encuentra lo suyo, su momento de placer íntimo y personal ya sea en la música, en la relajación o en una emoción. Es algo extraordinario, excepcional pero no necesariamente costoso. El lujo hoy es accesible. Una puesta de sol en los baluartes es un lujo.
¿Qué personalidades recuerda haber conocido en el hotel?
Tuve la suerte de conocer a Gabriel García Márquez hace 4 años, un personaje impresionante. También a la artista Olga de Amaral, que me impactó con su trabajo del cuero; al cantante Andrés Cepeda, que siente un amor muy grande por su país. Por supuesto, es un privilegio tener a los escritores del Hay Festival y a los músicos del Festival de Música de Cartagena.
Ha trabajado en muchos países, ¿qué le ha gustado de Cartagena?
Me emociona la alegría que tenemos en la ciudad. En muchos países tenemos que enseñarles a los empleados a sonreír, aquí en cambio la sonrisa es genuina, única, siempre hay ánimo y buena disposición. Eso es un tesoro que tenemos que preservar.
Cartagena es como abrir una puerta a la imaginación, donde todo es posible, es un sueño de la historia que se ve a través de sus balcones, torres, puertas… Me gusta el ambiente particular del Caribe, las palenqueras y sus colores que son la representación de la alegría. Hace 4 años estoy aquí y no pienso irme.
¿Cuál es el mayor reto que tiene la ciudad?
No transformarla en algo artificial, mantener su autenticidad, su esencia. Es lindísima arquitectónicamente, hay que mantenerla y cuidarla para no construir un segundo Miami. También necesitamos tener más conectividad aérea para que la hotelería y el turismo sigan creciendo.
¿Hacia dónde se dirigen sus metas con el hotel?
Posicionarnos como el hotel de la ciudad, tenemos muchos clientes americanos, brasileños, mexicanos y obviamente colombianos, pero queremos trabajar más a nivel comercial con los europeos. Estoy contento con lo que hemos logrado, me siento feliz al llegar a trabajar cada día.
En el plano personal ¿qué es lo que más disfruta de Cartagena?
Disfruto tanto la ciudad, me gusta pasear por la tarde, emocionarme con su arquitectura, con sus colores, con la sonrisa de su gente. Estoy enamorado de la música: salsa, son cubano, champeta. Me gusta ir al Club de Pesca o La Vitrola porque reflejan muy bien el ambiente cartagenero; a Vera, María, Café Havana y Quiebra Canto.